La música para la mayoría de los que pasáis por aquí en vuestros ratos muertos, no es tan solo una serie de sonidos, más o menos melódicos, mas o menos rítmicos. Vuestra música os define quien y como sois.Forma parte de vuestras vidas hasta en detalles que ni siquiera sospecháis. Las canciones a veces os traen recuerdos de alguna persona o de un sencillo momento que por alguna real fue especial, o utilizáis la música para las cosas más diversas, para despertaros, para alegraros el día o para poder consolaros en vuestra tristeza (y también revolcarse en ella ¡¡y a mucha honra!!). Y así, vamos asociando facetas de nuestra vida a una música concreta y con el tiempo se concretan en rutinas, momentos en los que tenemos una música especifica: de esta manera habremos creado un ritual. Por lo tanto tendrás tu música para irte a dormir, para prepararte para salir de marcha, tu música para arrimar la cebolleta (juro haber visto una cinta con este título en casa de un amigo), tu música para....
Pues Pixies era mi música para ir a hacer exámenes.
En fin, que todo este rollo filosófico sobre la música y la persona, solo venía a cuento para que os explicara mi ritual camino a los exámenes.
Pongámonos en situación: Curso escolar 2.000-2.001. El curso anterior había acabado la carrera y como consecuencia de no encontrar trabajo ni a la de tres (y eso que no había crisis), me decidí dedicar el año siguiente a aquello que hasta el momento se me había dado mejor: volver a estudiar. Por lo que me apunté a un fantástico Master en una de las instituciones mas prestigiosas (por lo pija que es) de Barcelona. Bueno, a parte de que me salió por un ojo de la cara, no me sirviera para encontrar trabajo y comprobara que los ricos también lloran pero esquiando en Baqueira lloran menos (un día tendré que escribir un libro sobre ello. Algunos tienen mili, yo tengo un Master. ¡Y sin porros, que aun es mas duro!), pues por si no fuera poco, los exámenes eran siempre los sábados a las nueve de la mañana y duraban cada uno sobre unas 3 o 4 horas de las que no acostumbraba a sobrarte mucho tiempo.
Y mira tu, no se por que, pero la cuestión es que me dio por escuchar siempre a Pixies cuando iba camino de un examen, y al volver, lo mismo. Digo yo que sería una forma de descargar tensión. Y creerme, no conoces lo que es la palabra presión hasta que calculas que por cada examen que tienes, has pagado sobre unos mil euros, y que suspender no es opción.
Total, sábado sobre las 7:30 de la mañana (siempre me ha gustado llegar pronto), y yo en en Ford Fiesta con una misión: atravesar toda Barcelona (trayecto Bon Pastor - Pedralbes por las Rondas) para ir a sufrir la enésima tortura. Y en el loro sonando Death to the Pixies, un recopilatorio de 1.997. Enchegaba el coche y la primera canción que sonaba era esta maravillosa versión de The Surftones, donde Pixies demostraban sus influencias en el surf-rock.
Y era genial que la canción fuera instrumental, por que a partir de aquí cantaba todas sus canciones a grito pelado, empezando por Planet of Sound, Tame y Here comes your man. Si alguien por esas fechas vio a un sujeto dentro de un Ford Fiestas a grito pelado un sábado entre las 7:30 - 8:00 de la mañana por las rondas de Barcelona, sepa que era yo, que no es que estuviera loco, más bien un poco nerviosillo....
Lo que ahora me da miedo, es que creo recordar que cuando llegaba a infausto lugar de mis torturas, esa escuela en lo alto de la Avenida de Pedralbes, sonaba en el coche Debaser. ¡¿Atravesaba la ciudad en poco mas de un cuarto de hora?!
Bueno, seguramente esté equivocado y no fuera tan rápido. Lo que si que estoy seguro es que a la vuelta, otra vez en el coche, sonaba The Holiday Song, una de mis canciones favoritas de Pixies.
No sabéis el chasco que me llevé cuando me enteré que la canción trataba sobre el incesto. La verdad, es que casi todas las letras de Pixies son un poco raras, como Alec Eiffel, que sí, esta dedicada al de la Torre Eiffel.
Y aunque tampoco recuerdo exactamente cual era la última canción que escuchaba en el momento de llegar a casa, es muy probable que fuera Gigantic. En caso que no lo fuera, da igual, es una buena escusa para hablaros de ella. Cuenta la leyenda que la canción esta inspirada en un rollo que la bajista Kim Deal (¿por que las mujeres con bajo parecen más guapas?), autora de la canción, tubo con un chico de raza negra. Y lo de Gigantic va por lo que supongo todos ya estáis imaginando.
Por suerte, todo esto no ha traído efectos secundarios, y aun puedo escuchar a Pixies sin que me entre un sudor frió en el cuerpo. Aunque claro, si voy solo en el coche y salta una canción de Pixies, lo mas probable es que la cante a grito pelado. El día que me detengan por ello, sin duda tendré que dedicarle otro post.
Y decidme ¿ tenéis vuestro propios rituales o lo mío no tiene cura?
9 comentarios:
Lo tuyo no tiene cura pero lo mío tampoco. Me acabo de percatar algo que venía rumiando, y es que tengo muchas cosas en común de lo que se cuece por aquí. Pixies forever total, tengo preparado un post para próximas fechas. Abrazo.
Tu ritual era liberador de tensiones, no hay más que escuchar a Pixies, la música surve para todo, sí, saludos
Tranquilo, si tú tienes una enfermedad, bendita sea porque yo también la tengo. La música ha acompañado tantos momentos en mi vida que es inevitable que me traiga recuerdos. He tenido algunos rituales temporales, como una temporada en la que casi cada mañana tenía la necesidad de escuchar el "Wake up, Boo" para despertarme como si de un buen café cargado se tratara; o un mes de noviembre en el que fui de culo y el "Tiny telephone" de The sunday drivers me acompañó casi obsesivamente en los trayectos de una banda a la otra de Barcelona, y tiempo después cuando escucho ese disco me entra la llorera. Podría relatar miles más, y no acabaría.
Como siempre, vaya hartón de reír me pegué con tu escrito. No me extraña que te entren escalofríos al escuchar a Pixies.
Jejeje no sé porqué esa escuela me suena y me parece que es la misma donde ahora estoy yo metido haciendo otro Master, esperamos que el esfuerzo y el dinero que hemos invertido nos sirva para algo en un futuro no muy lejano, porqué sino maldita la gracia.
Sobre los Pixies decirte que es un grupazo y que con ese apoyo moral seguro que aprovabas de calle, no habría quien te tosiese jejeje
Johnny: tampoco quiero curarme, seamos sinceros.
Me alegro que tengas muchas cosas en común con lo que se cuece en este humilde blog. Y en cuanto a los Pixies que decirte, creo que junto a Velvet Underground son quizá el grupo con menos exito comercial pero con mas exito en cuanto a la influencia que dejaron.
Silvo: Y tanto que era para liberar tensiones, y la verdad es que una música como la de Pixies es lo ideal para ello.
Atticus': continuo con los comentarios. Yo ya me imaginaba que tu también tenías tus propios rituales. Buenisimo lo de despertarse con el "Wake up Boo" cada mañana, y si te sirve de consuelo, yo también hay música que casi evito escuchar para no ponerme sensible... y la putada que es que una de las canciones que intento evitar sea "We are the Champions"...vamos, misión imposible.
Sergi: Je je je. Matizaré entonces mis palabaras: no es que no me sirviera de nada, pero tampoco fue lo que me prometieron (un tabajo super-guay porque todo el mundo se pegaría por contratarme). Seguramente en mi primer trabajo no me hubiesen contratado de no tener el master. Pero tampoco es lo que nos dijo un profesor "Estais en el primer paso entre el hombre y la divinidad. Si teneis amigos que no son de .... (pon el nombre de la escuela), olvidaros de ellos. Solo teneis que tener amigos de ...." Si es la misma escuela y has tenido el mismo profesor, seguro que te ha soltado el mismo discurso.
En fin, mas culpa mia, por meterme en historias de estas que otra cosa...
Por suerte los Pixies si que me ayudaron a tener muy buenas notas.. pero lo trabajos buenos fueron para otros que no era del Bon Pastor como yo.
Estoy totalmente de acuerdo en lo de Pixies y Velvet que dices (añadiría Joy Division por por poner algún ejemplo más), sentimos universos similares y me alegra, apreciado Uri.
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